
Sección Voces
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“No podemos permitir que la zoofilia se normalice”: Esmeralda Hernández impulsa ley para castigar la violencia sexual contra animales
La congresista impulsa un proyecto de ley para penalizar la zoofilia y promover una cultura de respeto hacia los animales, combinando medidas jurídicas con educación y sensibilización social.
Por: Camila Zornoza

Crédito de la imagen: @esmehernandezsi
La senadora Esmeralda Hernández, integrante de la coalición del Pacto Histórico y reconocida por su trabajo en defensa de los animales, habla sobre las razones que la llevaron a impulsar el proyecto de ley que busca penalizar la zoofilia en Colombia. Hernández, autora también de la ley “No más olé”, con la que se prohibieron las corridas de toros en el país, explica por qué considera urgente visibilizar y sancionar este delito.
Camila Zornoza: ¿Qué la motivó a incluir la protección animal como una de las banderas principales de su trabajo legislativo?
Esmeralda Hernández: Desde muy niña fui muy inquieta por la manera en la que nos relacionamos con los animales, viendo diariamente cómo se explotan los animales y cómo los utilizamos, como si estuvieran allí puestos simplemente para nuestro servicio. Nos los comemos, nos los ponemos encima, nos entretenemos con ellos, los torturamos simplemente por diversión.
Así que siempre fue mi idea, mi motivación, apoyar en todo lo que pudiera los animales y la causa por los animales en todos los espacios públicos. Lo hice desde la región, lo hice desde una localidad de Bogotá y ahora que tengo la posibilidad de estar en el Congreso lo hago porque es mi causa de vida.
C. Z.: ¿Qué factores o experiencias la llevaron a enfocarse en la problemática de la zoofilia dentro de su agenda de protección animal?
E. H.: Es una problemática que la gente cree que no existe y de hecho algunas personas lo toman como burla, como mofa, porque se está empezando a normalizar. Lo que sucede en la zona norte del país, la iniciación de chicos y chicas con burras, incluso está pegando como una situación cultural, tradicional y que se normaliza. No podemos permitir que este tipo de situaciones se normalicen porque traen aparejados problemas de violencia con los animales, pero también problemas de salud pública.
Y los casos que vemos a diario ya no son casos solamente con burras, sino con perros, con gatos, con gallinas, actuaciones de sadismo, de tortura mientras los acceden carnalmente, los animales mueren destrozados por dentro, los animales que quedan vivos o que sobreviven quedan con problemas de comportamiento enormes, con miedo toda su vida, nunca logran cambiar, nunca logran mejorarse. Así que esta es una práctica que debe rechazarse.
Las personas que violan animales están a un paso de violar niños, de violar otro tipo de seres vivos como los seres humanos, así que debemos llevar al Código Penal la zoofilia y debemos castigar este crimen.

Imagen creada en ChatGPT
C. Z.: Siendo la zoofilia un tema tabú que la sociedad suele evadir, ¿por qué cree que es importante abordarlo como un problema social y legal en Colombia?
E. H.: Porque justamente creo que tiene dos condiciones. La primera es una condición de profunda violencia contra los animales y lo segundo porque una persona que viola a un animal encuentra varias características: que el animal no puede presentar oposición, que lo puede manipular para cometer el crimen, el acto sexual y que el animal no puede denunciar, que no puede contarle a nadie.
En esa misma situación se encuentran niños, personas en situación de discapacidad, personas adultas mayores, entonces están a un paso y de hecho hay estudios sociológicos, hay estudios comportamentales que dicen que ese tipo de personas son un peligro para la sociedad porque cualquier momento pueden transitar hacia la violencia sexual con seres humanos.
C. Z.: En algunas regiones del país persisten prácticas de zoofilia que, con el tiempo, han llegado a normalizarse culturalmente. ¿De qué manera se espera que esta ley contribuya a transformar esas realidades y a disminuir dichas prácticas?
E. H.: Lo primero es que la ley crea el tipo penal de zoofilia. Hoy no existe, es decir, no existe el delito autónomo. Cuando exista la gente ya va a poder denunciar, hoy ni siquiera reciben una denuncia por zoofilia porque como no existe no es un delito. Pueden hacerlo y no pasa nada. Entonces crear el tipo penal. Segundo, por supuesto hay cárcel, por supuesto hay sanciones, pero también hay propuestas de educación, propuestas de pedagogía, propuestas de sensibilización para prevenir el delito de violencia sexual a animales.
Y tercero, también va a presentarse una propuesta de gradualidad que lo que va a hacer es que permita que en esas zonas donde se ha normalizado pueda darse un proceso de transición sin tener que penalizar a chicos o chicas que llegan a cometer esta conducta simplemente porque son inducidos por sus familiares, por sus amigos y demás.
C. Z.: Muchas personas consideran que quienes practican la zoofilia pueden presentar trastornos de salud mental. ¿De qué manera este proyecto de ley contempla la atención a estas personas y cómo se complementa con los aportes de la psicología y la psiquiatría?
E. H.: Lo que pasa es que el código penal en este momento ya contempla un tratamiento para esas personas que son conocidas como inimputables.
Entonces, siempre en un proceso penal existe un procedimiento que si el abogado defensor, ya sea de oficio o ya sea de confianza, alega que existe una situación médica como un trastorno mental, pues tiene que ser sometido a un procedimiento para demostrar que efectivamente tiene una afección física.
Es decir, es generalizado para todo tipo de delitos y lo mismo sucedería con este delito. Si se demuestra que médicamente tiene un problema, pues deberá tener un tratamiento diferencial.

Imagen creada en ChatGPT
C. Z.: Teniendo en cuenta que en países como Hungría la zoofilia ha llegado incluso a legalizarse, ¿cómo compara la situación en Colombia con la de esos contextos internacionales y por qué considera necesario que aquí se avance hacia la penalización?
E. H.: Así como este país ha legalizado el acceso sexual a animales, hay muchísimos países que la han penalizado o que la han sancionado de distintas maneras, disciplinarias, con multas y también en el código penal. Yo considero que no es una práctica que debería ser legal ni legítima en un país, porque a diferencia de los seres humanos que pueden decir y que pueden dar su consentimiento para acceder o para tener un vínculo sexual con un animal, no. La naturaleza de un animal no está dada para que un ser humano pueda, en el caso por ejemplo de un perrito, porque pasa con una cantidad de especies, pero pues los animales ni siquiera su contextura física y tampoco tienen la capacidad ni el deseo de tener un vínculo sexual con los seres humanos. Así que es una situación en donde no aplica el consentimiento, simplemente porque los animales no están en condición de dar consentimiento y no puede aceptarse ni normalizarse.
C. Z.: ¿Se tiene algún registro o estimación de animales que hayan podido ser rescatados en Colombia de situaciones relacionadas con la zoofilia?
E. H.: Lamentablemente no existe, pero además de eso hay un subregistro en el nivel de denuncias, porque como les decía, no se pueden recibir las denuncias, los fiscales, los jueces, los que reciben las denuncias, los cuerpos de investigación no están preparados ni tienen protocolos para recibir ese tipo de denuncias, así que no se conocen, son casos esporádicos lo que hacen las organizaciones, las plataformas, los rescatistas, es que intentan recuperar al animal, pero ahí no hay un dato oficial.
C. Z.: En caso de aprobarse la ley, ¿qué otras reformas o medidas complementarias cree que serían necesarias para fortalecer la protección animal en el país?
E. H.: Nos falta un montón, yo creo que tenemos que trabajar en la prohibición gradual del uso de la pólvora, o por lo menos que no sea con recursos públicos, tenemos que mejorar las condiciones de los animales que son utilizados para consumo, es decir, reducir o por lo menos evitar a mayor grado el sufrimiento innecesario de los animales que hacen parte de las industrias, ganadera, avícola, porcina y demás.
Nos falta fortalecer todos los procesos pedagógicos de reconocimiento y de respeto por los derechos de los animales. El tema, por ejemplo, de las gallinas, el proceso de la industria avícola y de la tortura a las que son sometidas las gallinas, cuando hay sistemas de jaula, de confinamiento, es terrible, entonces tenemos que avanzar también hacia allá, impulsar otro tipo de industrias. De verdad, nos falta un camino largo, enorme, lo que hemos logrado han sido muchos avances muy importantes, pero todavía nos falta un camino largo.
La aprobación de este proyecto de ley representaría un avance crucial en la defensa de los derechos de los animales y en la prevención de la violencia en todas sus formas. Más allá de sancionar una práctica cruel y degradante, significaría reconocer que la violencia sexual hacia los animales está profundamente ligada a otras formas de violencia social, y que su penalización es una medida necesaria para proteger tanto a los animales como a las personas más vulnerables. Convertir esta iniciativa en ley es, por tanto, un paso hacia una sociedad más empática, justa y consciente del respeto que merecen todos los seres vivos.

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Entre risas, confesiones y vasos servidos: el podcast universitario que habla sin filtros

En medio de la rutina académica, las tensiones de la juventud y las ganas de compartir el mundo tal como lo viven, nació Entre bebidas y voces, un podcast creado por Nana y Juliana, dos estudiantes universitarias que decidieron poner en pausa los apuntes para abrir un micrófono y hablar de lo que muchos piensan, pero pocos dicen.
Lejos del guion rígido o el análisis académico, este espacio se construye desde la espontaneidad: conversaciones que surgen entre amigas, copas que suenan fuera de micrófono y temas que van desde los celos, la envidia y las relaciones, hasta los dilemas emocionales que enfrentan las juventudes hoy. Su tono es cercano, cómplice, y sobre todo auténtico: no se trata de dar lecciones, sino de compartir experiencias con honestidad y humor.
“Somos dos estudiantes universitarias con ganas de compartir risas, anécdotas y, por qué no, un poco de funa”, dicen en la descripción del programa. Esa "funa" es precisamente lo que condimenta cada episodio: una mezcla entre ironía, sinceridad brutal y momentos de complicidad que han conectado con una audiencia que también está buscando su lugar en el mundo.
Disponible en Spotify, Entre bebidas y voces se convierte en una conversación abierta donde cualquiera puede sentirse parte. Un refugio auditivo para quienes necesitan reírse de sí mismos, repensar sus emociones y brindar —aunque sea con café— por las historias compartidas.
¿Qué pasó el 9 de septiembre?
Durante los días 9 y 10 de septiembre, la ciudad de Bogotá fue testigo de una serie de manifestaciones sociales que tuvieron un impacto significativo en la comunidad. Lo que comenzó como una expresión legítima de descontento y demandas ciudadanas pronto se vio empañado por episodios de violencia que involucraron a la fuerza pública y manifestantes.
A medida que las protestas se intensificaron, se reportaron enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades, dando lugar a situaciones de tensión y caos en varios puntos de la ciudad. Las imágenes de violencia y represión policial circularon en los medios y las redes sociales, generando preocupación y condena por parte de la opinión pública nacional e internacional.
En medio de este escenario tenso, la sociedad civil y diversas organizaciones han exigido una investigación exhaustiva de los acontecimientos, así como el respeto a los derechos humanos y el derecho a la protesta pacífica.
En esta sección, en esta sección te contamos un poco de los sucesos más relevantes ocurridos durante las manifestaciones del 9 y 10 de septiembre en Bogotá.
Los días 9 de cada mes, se realiza una velatón en conmemoración de las víctimas, acompañados de los familiares, funcionarios de la Casa de la Memoria y habitantes de la localidad de Suba y sus alrededores. Este evento busca rendir homenaje a quienes han sufrido y mantener viva su memoria a través de la luz de las velas, simbolizando nuestra esperanza y compromiso con la justicia y la paz.
Te invitamos a unirte a nosotros en estas veladas, donde juntos compartimos reflexiones, historias y la firme determinación de construir un futuro libre de violencia y lleno de reconciliación.